domingo, 8 de noviembre de 2009

La hembra más letal: Lyudmila Pavlichenko


Mayor Lyudmila Mikhailovna Pavlichenko, francotiradora, 25ª División de Infantería del Ejército Rojo. Heroína de la Unión Soviética, 309 bajas confirmadas, incluyendo 36 francotiradores enemigos.

Lyudmila nació en un pueblecito ucranio llamado Bila Tserkva, un 12 de julio de 1916. Cuando ella tenía 14 años, su familia se mudó a Kiev. Allí, aún adolescente, se apuntó a un club de tiro local, sin éxitos notables; pero siempre mantuvo la afición. Cuando empezó la II Guerra Mundial en el Frente Oriental, Lyudmila tenía 24 años, estudiaba 4º de Historia en la Universidad y trabajaba en la Fábrica del Arsenal de Kiev. Al tener noticias de la invasión alemana, se presentó voluntaria al cuerpo de infantería del Ejército Soviético; fue de los primeros en hacer tal cosa.

Su deseo fue cumplido, y constatando que sabía manejar un rifle con habilidad, sus mandos la enviaron de inmediato como tiradora a la 25º División de Infantería; una de las más de 2.000 con que contó el Ejército Soviético, de las cuales sólo 500 sobrevivirían a la guerra.

Muy poco después lograría sus dos primeras bajas alemanas, cerca de una localidad llamada Belyayevka. En ese momento, aún no era evidente que la cabo Pavlichenko se convertiría en la francotiradora más letal de todos los tiempos. Lyudmila y su fusil Moisin-Nagant del 7,62x54, provisto de una primitiva mira de cuatro aumentos, retrocedieron junto con el resto del Ejército Rojo hasta Odessa. Allí, a lo largo de dos meses y medio de combates brutales, logró abatir ni más ni menos que a 187 combatientes enemigos. Ya ascendida a teniente y provista de un Tokarev SVT-40, la enviaron entonces a Sebastopol, donde aparece mencionada en mayo de 1942 por haber derribado a 257 soldados y oficiales alemanes.



En el mes de junio, Lyudmila resultó herida por fuego de mortero. Pese a ello volvió al frente poco después, combatiendo durante un mes más, hasta alcanzar la cifra de 309 bajas enemigas, de ellas 36 francotiradores. En ese momento la ascendieron a mayor y la retiraron del frente para desempeñarse como instructora de tiro a partir de 1943. Fue también en esas fechas cuando le concedieron la máxima condecoración: Heroína de la Unión Soviética.

Envuelta en un aura de leyenda, hacia el final de la guerra en Europa hizo una gira por Norteamérica en olor de multitudes. Fue recibida en la Casa Blanca por el Presidente Franklin D. Roosevelt, convirtiéndose así en la primera ciudadana soviética recibida por un presidente norteamericano. Allí le regalaron una pistola Colt especialmente mecanizada para ella y, en Canadá, un rifle Winchester que ahora está expuesto en el Museo Central de las Fuerzas Armadas, de Moscú.

Después de la guerra, Lyudmila terminó su carrera y ejerció de historiadora para la Marina Soviética. Años más tarde, formó parte del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.

Lyudmila murió en Moscú el 10 de octubre de 1974, a los 58 años de edad, de un ataque al corazón. Está enterrada en el Cementerio de los Héroes de Novodevichy. Con sus 309 bajas confirmadas, se la considera la mejor y más letal francotiradora de todos los tiempos y una táctica excepcional.

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